“No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de su corrección; porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere.”

Proverbios 3:11-12

Hoy es un día caluroso. Tienes sed… Tengo un cubo, o balde, lleno de agua fría. Quieres agua del balde y yo quiero darte de beber. Así que inclinas la cabeza hacia atrás y yo vierto agua directamente del balde en tu boca. Vas a beber ¡Sí!, Pero, ¿qué más te pasará? ¡Te mojarás! Se derramará mucha agua y se desperdiciará. ¿Qué nos hubiera ayudado a usar el agua de manera más eficiente para no desperdiciarlo y no mojarte por completo? Nos falta un vaso.

Tenemos un mensaje para transmitir a los niños que están con nosotros en clases, campamentos de verano, reuniones del Shabat (o Domingo), en casa. Se nos da la oportunidad de ayudar a los niños a comprender la importancia de la fe personal en Jesucristo y a recibirlo como su Salvador. Podemos presentarles una forma de vida diferente a la que aprenden en la escuela y en el vecindario, y en la sociedad incrédula. El mensaje es similar al agua fría en el balde.

Herramienta

Así como el vaso nos ayuda a utilizar el agua del balde de la manera más eficiente, también existen herramientas que nos ayudarán a transmitir nuestro mensaje de la manera más beneficiosa. Estas herramientas incluyen aprender sobre Dios, algunos juegos, a tener conversaciones personales con los niños y la disciplina.

“¿Disciplina?” seguro se pregunta. “¿Cómo encaja la disciplina en la lista de herramientas?”

La disciplina es una herramienta que mejora la eficacia de otras herramientas, es una de las herramientas más importantes para el éxito de las lecciones y la vida de todos y cada uno.

En Proverbios 3:11-12 aprendemos sobre la importancia fundamental de la disciplina. La Palabra de Dios enseña maneras adecuadas de comportarse y debemos enseñarlas a los niños. Puede que el proceso no sea fácil, pero el resultado permanece con los niños durante toda su vida (Hebreos 12:11).

El significado de la disciplina

Es nuestro deber enseñar a los niños a distinguir entre el bien y el mal. No lo saben por sentado. Necesitamos establecer límites claros para que los niños sepan cómo conducirse. Dentro de estos límites debemos darles a los niños la oportunidad de actuar libremente, porque no somos dictadores. La rigidez excesiva provoca frustración en el niño y renuencia a cooperar “porque nunca se le puede complacer”.

Es muy importante recordar el mensaje que transmitimos a los niños cuando ejercemos autoridad, y es: me preocupo por ti; eres lo suficientemente importante para mí como para no dejarte hacer nada que no esté a tu favor ahora o en el futuro.

Con respecto al establecimiento de límites:

  1. Los límites definen lo que es una forma de vida adecuada para nosotros.
  2. Los límites deben ser determinados por los valores de la Biblia.
  3. Debemos exigir a los alumnos que se comporten de acuerdo con los límites que hemos establecido.
  4. Tenemos que ayudar a los alumnos a mantener los límites que hemos establecido.
  5. Tenemos que corregir a los alumnos que están sobrepasando los límites.
  6. Debemos castigar a aquellos que persisten en exceder los límites que hemos establecido.

Cosas importantes para recordar:

  1. Asegúrese de que los niños estén familiarizados con las reglas disciplinarias de la clase. Escríbalas en un poster y cuélguelas en un lugar prominente de la habitación. Léala al comienzo de la lección, siempre y cuando los niños necesiten este recordatorio.
  2. La disciplina adecuada requiere que no nos rindamos cuando le pedimos a un niño que haga algo.
  3. La disciplina adecuada requiere paciencia.
  4. La disciplina adecuada requiere perseverancia.
  5. La disciplina significativa requiere que hagamos contacto personal con los niños.
  6. Es importante “atrapar” a los niños, especialmente a los problemáticos, cuando están haciendo cosas buenas y elogiarlos por ellas.
  7. Sea genuino en sus reacciones hacia los niños; reconocen fácilmente la autenticidad del estímulo.

Ejemplos de reglas disciplinarias importantes en el aula:

  1. Respete al maestro y a los otros niños de la clase de la manera en que habla.
  2. Escuche al maestro en cualquier situación.
  3. Levante la mano cuando quiera hablar.
  4. Mantén las manos y pies quietos.

¿Qué pasa si un niño no sigue las reglas?

  1. Recuérdele las reglas con la ayuda de toda la clase.
  2. Siéntelo en un lugar donde su comportamiento no distraiga al resto de la clase (por ejemplo, en una fila detrás de los niños).
  3. Déle al niño la oportunidad de ser su asistente. Así lo encamina a un comportamiento positivo.
  4. Mantenga al niño problemático alejado del aula solo en casos extremos en los que sea realmente imposible lograr que coopere. En esta situación debes confiarlo a sus padres, para que no se mueva solo.
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