“Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra”
Salmos 17:6
La Oración
¿Les ha sucedido esto?
- “¿Quién quiere orar por Lisa que se lesionó la rodilla?”
Juan levanta la mano con gran entusiasmo. Le gusta mucho orar en cada lección y siempre levanta la mano. Incluso se siente decepcionado cuando no se le permite orar.
- “Gracias, Juan, ora por favor”.
- “Jesús, gracias por poder venir a la iglesia hoy”, comienza Juan, “gracias por el T-Rex que mis padres me comprarán para mi cumpleaños la semana que viene. Amén”.
¡Juan se olvidó por completo de Lisa! Y de hecho, Juan fue el único niño que quiso orar.
¿Por qué pasa esto? ¿Por qué es importante enseñar a los niños a orar a una edad temprana? ¿Cómo podemos hacer que la oración sea más interesante? Hablemos un poco sobre estos temas.
Todos estamos de acuerdo en que la oración es muy importante. Por lo general, es responsabilidad de los padres enseñar a sus hijos a orar, pero los que trabajamos con ellos, todas las semanas también tenemos la responsabilidad de enseñarles qué es la oración y de mostrarles que la oración es un hábito. Es importante enseñarles, que no solo les estamos enseñando sobre la oración y qué es la oración, sino también el cómo orar y que es posible orar en cualquier momento y lugar.
¿Qué es la oración?
La oración es una conversación con Dios. Incluso los niños más pequeños, que todavía no entienden lo que están diciendo, pueden orar. Dios incluso conoce los corazones de estos niños. Es importante que los niños sepan que la oración no es solo un conjunto de oraciones gramaticales que deben decirse en un momento en particular y listo; la oración es una conversación con Dios que es parte de la construcción de una relación personal con Él. Un niño de diez años lo describió de una manera muy hermosa: “Es como si oyera hablar del primer ministro todos los días en televisión, radio e internet, pero realmente no lo conozco, nunca me reuní con él”.
Ejemplo personal
“Los hechos hablan más que las palabras”. ¿Alguna vez has escuchado esa frase? Tendremos más influencia sobre los niños si nos ven orando. ¿Qué significa esto? Oraremos al comienzo de la lección, oraremos al final de la lección, cuando un niño venga y cuente algo, oraremos con él al respecto, cuando hablamos con un amigo y parece necesario orar por él, incluso en medio del salón en la iglesia frente a los niños. Nuestra actitud de oración “contagiará” a los niños y también se convertirá en su actitud. Al orar con los niños no olvide incluir las partes importantes de la oración: agradecer al Señor por algo relacionado con él (por ejemplo, que lo ve todo o lo sabe todo), agradecer las respuestas a las oraciones y traer ante él las peticiones de oración.
Hábitos
Siempre escuchamos sobre la importancia de los hábitos. El hábito también es importante cuando se trata de la oración. Ayudan a recordar orar, ayudan a construir la relación con Dios. Los hábitos formados en los primeros años de vida generalmente acompañarán a los niños durante toda su vida, e incluso si deciden dejar al Señor, en tiempos de angustia esta necesidad de hablar con Dios surgirá. Anímelos a orar en horarios regulares, como antes de levantarse de la cama por la mañana, antes de acostarse, etc.
Respuestas a la oración
También es muy importante hablar sobre las respuestas a las oraciones. Háblele de las respuestas a la oración que tuvo y también anime a los niños a contar las respuestas a las oraciones que ellos tuvieron, especialmente aquellas por las que oraron juntos. Es alentador ver que no solo estamos hablando con Dios, sino que Él realmente escucha y responde las oraciones, aunque a veces toma tiempo.
¿Cómo animamos a los niños a orar?
-Edad desde jardín de infantes a 9 años
- Pregúnteles por cuáles cosas les gustaría agradecer a Dios y por cuales orar. Por cada acción de gracias o petición, pídale a un niño que ore. Para ayudar a los niños a recordar por lo que deben orar, una de las maestras de la comunidad de Beit Jesde en Haifa preparó tarjetas de oración (las comparte con usted; encuéntrelas más tarde en nuestro sitio web). Déle al niño la tarjeta que mejor se adapte a lo que orará; antes de que sea su turno de orar, pídale que observe la tarjeta y le recuerde aquello por lo que debe orar.
- Al comienzo de cada tiempo de oración se dice: “Unamos nuestras manos y cerremos los ojos”. Les explicaremos a los niños que es importante hacer esto para que podamos concentrarnos y pensar en Dios mientras oramos.
- En cada lectura, elija a otro niño de la clase, invítelo al frente de la clase y pregúntele cómo puede orar por él. Abrácelo y pida a algunos niños de la clase que oren por él y, finalmente, ore por él usted también.
-10 años en adelante
- Converse sobre los agradecimientos y peticiones de oración, luego divídalos en parejas para que los niños puedan orar el uno por el otro.
- Después de hablar sobre los agradecimientos y peticiones, vaya uno por uno, para que todos puedan orar. Cuando un niño haya terminado de orar, coloque su mano sobre el hombro del niño que está sentado a su lado, y este niño podrá elegir si orar o no, luego coloque su mano sobre el hombro del próximo niño, etc.
- Lleve a la clase un balón, que sea, al mismo tiempo, un globo terráqueo. Pase el balón a uno de los niños. Cuando el niño lo atrape, colocará su dedo, al azar, sobre el balón y orará por los niños del país al que señaló (salvación, acceso a la palabra de Dios, protección, etc.).
- Cuelgue un mapa de Israel en la clase y deje que los niños señalen un lugar al azar y oren por los niños de allí (salvación, protección, que los niños les hablen de Jesús, que los niños creyentes tengan el valor de hablar de Jesús, etc.).
- Anime a los niños a asistir a las reuniones de oración con sus padres.
- Escriba las peticiones de oración que surgieron en clase. Dóblelos y colóquelos en un sombrero y al final de la lección, dé a cada niño que quiera, sacar una nota y llevarla a casa para orar por la petición de la semana.
- Anime a los niños a compartir y orar por peticiones de oración en el WhatsApp del grupo de jóvenes.